Hola Amigos, en estas fechas pre-navideñas el tener un espacio libre es bastante valioso, entre que el trabajo se satura, las citas laborales se tornan mas caóticas por el recorrido de distancias para ver al cliente, y eventos que te van invitando, ya sea comidas de celebración, o bien cierres de negocios, en verdad es un milagro tener un tiempo para uno.
Si eres de la Ciudad de México, sabrás a lo que me refiero en el texto anterior, para describir un poco más te comento, mi oficina está a orillas de Viaducto Piedad, en la zona céntrica de la ciudad, aunque ya se considera inicios de la zona oriente pues colindo con Calzada de Tlalpan, los aviones pasan muy cerca de aquí, pasan alrededor de 15 aviones por hora, al inicio era bastante estresante, pero el tiempo y actividad te van haciendo que los olvides.
Aunado a que si deseas asomarte como está el tráfico en Viaducto te darás cuenta que parece un estacionamiento andando, siempre está lleno, desde las 6.30 am hasta las 6 pm, aunque en esta época es hasta las 10 pm, eso hacia el Poniente de la ciudad, por fortuna hay ejes que cruzan hacia el sur o bien vías alternas hacia el Poniente o norte de la capital.
En fin, este era un día en que tuve un espacio entre el trabajo, la hora de la comida y una cita por la tarde noche, en verdad quería relajarme un momento, pero no quería que hubiera algún rasgo de que me tomé una cerveza antes de ver al cliente. Pensé que lo adecuado sería una cerveza baja en alcohol y que fuera refrescante y fácil de beber.
Decidí por el estilo Golden Ale de Cervecería Allende, una cerveza de 4.5% de alcohol, en vista tenemos una cerveza artesanal color dorada, con la luz rayos amarillos y bien dorados, su espuma se va disipando rápidamente. Al olerla hay muy poca sensación de lúpulo usado, se percibe el dulzor de la malta y el alcohol nada perceptible. Al beberla se siente un agradable cuerpo medio e inicia con unos toques dulces de la malta, algunas notas de frutas frescas como de pera que son sutiles, posteriormente viene un ligero amargor y después se refuerza el dulzor de la malta haciéndola dulce. Sinceramente no pensé que fuera tan dulce, aunque yo estoy acostumbrado a las cervezas artesanales con un amargor más presente, se me hizo en general una cerveza interesante, supongo que el estilo debe ser así, fácil de beber y que no aturde los sentidos por su bajo contenido de alcohol, me resultó bien esta opción para un “break laboral”.
Si hubiera tenido algún alimento a la mano como un strudel de manzana con helado de vainilla o una pizza margarita me cae que hubiera cerrado perfectamente en sabores. En el primer ejemplo la manzana del strudel usualmente se condimenta con canela y azúcar que se fusiona y si le agregamos el helado de vainilla, harían que esta cerveza artesanal complemente el dulzor, probablemente acentuaría la nota de vainilla o bien la canela. Mientras que la pizza margarita que es una pizza baja en grasa animal, pero que lo que se busca es destacar tanto el queso mozzarella como las hojas de albahaca, perfumarían el dulzor empleado en la malta y la acidez de la salsa de tomate se equilibraría con dicho dulzor. Bueno amigos sigamos trabajando que el tiempo apremia, recuerden que no hay recetas para beber ni menos para maridar, lo que sí es pensar qué se lleva con qué.
Como verán no tuve tiempo de escoger el vaso ideal para este estilo de cerveza artesanal, es muy ancho y bajo, probablemente una cerveza de alto contenido de alcohol tipo belga, doble o triple le quedaría, aunque para esas cervezas también hay cristalería especial llamada Caliz.
