Este estilo surge a mediados del siglo XIX bajo el nombre de “sparkling beers y dinner beers debido al boom de las cervezas lager pilsner. El constante pedido de las cervezas claras fue un motor que motivo a cerveceros a crear una Ale con un color similar, los estilos base que tomaron como referencia fueron English Pale Ale y Kölsch.
Las escuelas cerveceras de Bélgica y Estados Unidos son las que tienen un amplio desarrollo y producción de este estilo y cuenta con diferentes características organolépticas que hacen de un mismo estilo algo no tan similar, debido a los ingredientes y diferencias culturales. En cervezas belgas podremos encontrar aromas a frutas maduras mientras que en cervezas con escuela estadounidense el aroma dependerá del lúpulo que se utilice.
Por lo general una Blonde Ale tiene un perfil balanceado entre malta y lúpulo, pero domina lo maltoso, gusto dulce y final seco en boca. Su color va del amarillo pálido al amarillo dorado y la carbonatación tiende a ser media alta.
El nivel de amargor va entre 15–28 unidades de amargor y el nivel de alcohol va entre 3.8%–5.5%.